El croissant, este pan clásico originario de Francia, se ha convertido en el favorito para el desayuno y el té de la tarde en todo el mundo con sus capas de corteza crujiente y su textura ligera y turbia. Las capas de masa, el rico aroma de la mantequilla y el aroma del trigo de la masa se entrelazan para crear una delicia irresistible. Su interior es suave y ligeramente elástico, y podrás sentir la vitalidad del pan y la magia de hornear en cada bocado.